Dos arqueólogos descubren unas inscripciones en una
excavación que parecen indicar la ubicación exacta de un planeta en el cual se
encuentra una raza alienígena. Esta, llamada “los ingenieros” parece ser la
clave de la creación de la vida humana y por tanto de nuestra existencia. Con
el fin de comprobar si la teoría es correcta y resolver estos y otros enigmas
en torno al ser humano, la nave “Prometheus” parte hacia el planeta. Lo que la
tripulación encontrará, no será exactamente lo que esperaban.
Ridley Scott vuelve al universo que años atrás puso en pie
en la imprescindible “Alien”. Esta fue la mezcla perfecta entre sci-fi y terror
que marcó el género para siempre, generó secuelas e inumerables imitaciones.
De regreso al género y cuando se anunció el proyecto, la
película parecía ser una precuela del más feroz asesino espacial, pero cuando
el guionista Damon Lindelof (Perdidos) entró en el proyecto, todo tomó un rumbo
diferente.
Lo que encontramos son dos películas en una. Una sería pura
sci-fi seria y muy adulta que se plantea cuestiones filosóficas acerca de
nuestra existencia, nuestro origen y el porque de nuestras vidas. La otra, una
“monster movie” más cercana al inicio de la franquicia del “8º pasajero” que
consigue inquietar en algunas ocasiones, pero en otras recurre a lugares
comunes que ya hemos visto en otras cintas y resultan rutinarios. Por si fuera
poco, el equilibrio entre estas dos pelis, o la suma de ambas, no está bien
llevado con lo cual no se le saca partido, ni a las cuestiones planteadas, ni a
los “bichos” que vemos en pantalla, quedándose todo en un quiero y no puedo. La
película siempre parece que vaya a despegar y a coger ese tono o ese ritmo que
necesita para atrapar al espectador, pero salvo escenas aisladas, poco es lo
que se queda en la retina del espectador.
El diseño de producción, la dirección y la atmosfera
conseguidas, si nos sumerge en ese mundo alienígena. Y son los mayores
aciertos de este “extraño” blockbuster, uno de sus puntos a favor. El otro,
su reparto, o más bien…parte de el.
Si fuese una competición entre los actores, los ganadores de
esta serían Noomi Rapace y Michael Fassbender. La primera encarna a la
protagonista de la historia y no nos cuesta ver en ella a un émulo de Ellen
Ripley, salvando las distancias. El segundo, nos ofrece todo un recital de
interpretación dando vida a un androide mucho más vivo que la mitad del
reparto, que se plantea cuestiones y muestra inquietudes más propias de un ser
humano.
El resto del reparto con nombres tan famosos como Charlize
Theron o Idris Elba hacen lo que pueden con unos papeles no tan jugosos y
aprovechan sus minutos en pantalla para intentar lucirse.
Una vez vista la película, pienso que cualquier proyecto con
mucho “hype” acaba condenado por este mismo. “Prometheus” es una floja cinta de
sci-fi con “ADN Alien” (que decía Ridley Scott) en la que salvo los
protagonistas y las hipnóticas imágenes que nos brinda el director, poco más
podemos destacar. Un continuo ir y venir de personajes desdibujados puestos ahí
para ir muriendo y hacer que el relato avance a trompicones hasta un desenlace
previsible que sabe más bien a poco.
Mejor volver la vista atrás y recuperar la saga de la que
bebe esta cinta. Si os acercais a esta “Prometheus” hacedlo por curiosidad y
con las expectativas bajas, tal vez así no os decepcione.